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El adivino

A finales de la Primera Guerra Mundial, Klaus Schneider se recupera de sus heridas en un hospital. El médico que le atiende descubre que está especialmente dotado para la hipnosis y la adivinación y decide ayudarlo a desarrollar esas facultades. Años más tarde, Klaus se traslada a Berlín, cambia su nombre por el de Hanussen y ejerce de adivino e hipnotizador. Llega a predecir el auge y el trágico final del Tercer Reich, lo que lo coloca en una delicada situación.

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